Vida de perro

 



Vida de perro

Él, desde que llegó se acopló muy rápido al lugar, era el perro de los nuevos vecinos y que ahora ya no están, así como llegaron se fueron. Jamás pregunté como se llamaba, pero eso si, parecía que a diario esperaba a mi regreso a  casa. Le encantaba dormirse que parecía que abrazaba la defensa del coche, y cuando no estaba estacionada dormía a sus anchas, a gusto, era todo un experto en buscar el mejor lugar para descansar si estaba haciendo frío, calor, sombra, el siempre encontraba el mejor sitio.

Pasé mucho tiempo viéndolo desde la ventana, descansaba que daba envidia.




Al igual su traste de comida anduvo no solo con ellos; sino en donde se podía, parecía que compartíamos perro porque a pesar de su aspecto rudo siempre que me acercaba a tocarle la cabeza era muy encantador. A veces, quiero pensar que me veía a lo lejos; y ya que me bajaba del coche esperaba paciente a que lo acariciara. Sin duda esa era buena vida, vida de perro.




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