El futuro irrumpe sin avisar

 







En el 2015 hice mi último viaje a San Diego; cada año iba a visitar a la familia de mi mamá de aquel lugar. 

Nos despedíamos en el aeropuerto de Tijuana diciendo: " Nos vemos pronto, ojalá puedas venir el próximo año... "; regresé a Guadalajara y casi detrás llegaron mis familiares, porque otro de mis tíos estaba enfermo y necesitaban resolver la situación juntos.

Todo cambió a partir de entonces; hubo muchas situaciones desafortunadas alrededor de este acontecimiento; los hermanos y mi mamá iniciaron una nueva etapa como familia y mi punto de vista cambió.

Hasta el día de hoy, no me arrepiento en absoluto de todo lo que hice y dije en torno a esta situación  y tener la oportunidad de ayudar a mi mamá fue lo mejor que pudo pasarme; el poder regresarle a ella tanto amor, comprensión, y trabajo no tiene comparación. 

Nuestro ciclo familiar se cerró; no sé si la vida vuelva a ponernos en el mismo camino y en la misma frecuencia; mientras tanto, espero que cada quien sane sus heridas y siga su vida tranquilamente y paz.




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