El volar de las cortinas



Es refrescante y casi liberador el volar de las cortinas. Cuando era niña uno de mis pasatiempos favoritos era ver como las cortinas iban y venían según soplara el aire.
Yo, me recostaba en el sillón y dejaba que en ese movimiento las cortinas me tocaran el rostro y sentir literalmente el aire fresco en mi cara.
Vi esta decoración en un evento, y no dudé en pararme justo abajo y ver como se agitaban con el viento, talvez no fue la misma sensación, pero sin duda lo disfruté mucho.


 

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